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[Localización] [Introducción] [La vida vegetal] [La vida animal] [Regulación legal]
El ámbito geográfico objeto de protección comprende el tramo costero, a caballo de los concejos de Valdés y Navia, que va de la Punta de Arnao o Romanellias a la de los Aguiones, incluyendo el estuario y el complejo de dunas de Barayo, la playa de Sabugo o Playa d’Arnela, la superficie de rasa costera que delimita ambas playas, los acantilados y los islotes Pedroña y Romanellas.
A éste ya extenso elenco de ambientes se suman los acantilados y pendientes laderas del valle, componiendo un espacio en el que concurren gran parte de los ambientes costeros del litoral asturiano.
La rasa costera, profundamente humanizada, aparece ocupada por una sucesión de prados y tierras de labor entre las que persisten pequeñas manchas de arbolado. En las zonas de mayor pendiente, las laderas del río Barayo, se diferencian plantaciones forestales, de pino y eucalipto, matorrales de brezo y tojo y algunos bosquetes de arbolado autóctono, más abundantes a medida que se remonta el curso del río.
En general, se trata de juncales de junco marítimo (Juncus maritimus), cañaverales de carrizo (Phragmites australis) y prados higrófilos en los que abunda la invasora Cotula coronopifolia, muy evidente por el color amarillo de sus flores. En ocasiones, se forman en la marisma charcas permanentes de aguas de escasa salinidad que dan sustento a poblaciones de broza fina (Ruppia maritima), especie catalogada como vulnerable y presente sólo en contadas localidades del litoral asturiano. Las áreas de marisma subhalófila de Barayo soportan un uso ganadero extensivo por parte de caballerías, que supone paulatinamente la sustitución de las comunidades marismeñas por otras de tipo pratícola. Por delante del área de marismas, la playa de Barayo ha desarrollado un importante sistema dunar que sufrió en tiempos repoblaciones de pino dirigidas a frenar el avance de las dunas. Barayo conserva aún algunas de las comunidades vegetales características del límite superior de la playa, alcanzado sólo durante las pleamares vivas y que disfruta del aporte de nutrientes que supone el depósito de arribazones marinas. En dichas comunidades pervive la lechetrezna de las playas (Euphorbia peplis), catalogada como sensible a la alteración de su hábitat y presente sólo, además de en Barayo, en las playas de Frexulfe, en el concejo de Navia, y en Bayas, a caballo de Castrillón y Soto del Barco. Tras esa primera y efímera cintura de vegetación se sitúan las dunas embrionarias colonizadas por comunidades graminoides perennes y abiertas, dominadas por la grama de mar Elymus farctus ssp. boreatlanticus, acompañada por otras plantas psammohalófilas. La tercera cintura es la formada por las dunas blancas o semifijas, ocupadas por comunidades herbáceas altas y densas en las que domina el barrón (Ammophila arenaria ssp. australis), acompañada de la lecherina de las playas (Euphorbia paralias), el cardo de mar (Eryngium maritimum) o la correhuela de las dunas (Calystegia soldanella), de grandes y llamativas flores acampanadas de color rosado. Tras éstas lo que debieron ser las dunas grises aparecen degradadas por antiguas plantaciones de pino.
La extensión de la reserva y su localización en un entorno altamente humanizado son la causa de que la fauna no sea el principal atractivo natural del paraje.
Un vertebrado frecuente en Barayo y que ha prestado su silueta para la elaboración del logotipo de la misma es la nutria (Lutra lutra), que en los últimos años parece sufrir una cierta recuperación, aunque continúa protegido legalmente en la categoría de especie de interés especial.
El Decreto 70/1995, de 27 de abril, declara Reserva Natural Parcial el singular mosaico paisajístico del estuario de Barayo. La Reserva cuenta con un Plan Rector de Uso y Gestión, aprobado por Decreto 57/1997, de 28 de agosto, vigente por un periodo de cuatro años. En donde se contemplan los siguientes objetivos a conseguir:
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