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Reserva Natural Parcial de Barayo

[Localización]     [Introducción]      [La vida vegetal]      [La vida animal]      [Regulación legal]


Descripción Playa, sistema dunar y pequeño estuario
Estado legal Declaración por Decreto 70/95 Plan Rector de Uso y Gestión aprobado por Decreto 57/97
Superficie 3.4 km²
Localización Límite de los concejos de Navia y Valdés
Accesos Desde la N-634, tomando poco después de Otur el desvío a la derecha quepor la Local NV-2 lleva a la aldea de Vigo
Vegetación representativa Marismas subhalófilas. Comunidades de duna
Fauna representativa Aves marinas. Nutria

 

Localización

El ámbito geográfico objeto de protección comprende el tramo costero, a caballo de los concejos de Valdés y Navia, que va de la Punta de Arnao o Romanellias a la de los Aguiones, incluyendo el estuario y el complejo de dunas de Barayo, la playa de Sabugo o Playa d’Arnela, la superficie de rasa costera que delimita ambas playas, los acantilados y los islotes Pedroña y Romanellas.

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Introducción

 

El río Barayo forma en su desembocadura un complejo estuarino de alto valor natural y calidad paisajística. El estuario debió formarse durante la transgresión flandriense, un incremento de las aguas del mar que inundó los tramos más bajos de numerosos valles fluviales. La retirada de las aguas y la sedimentación natural rellenaron luego el área, reduciendo la influencia marina.

Actualmente, las llanuras de Barayo aparecen tapizadas de la vegetación característica de las marismas subhalófilas, juncales que crecen sobre suelos húmedos y ligeramente salinos. El cauce discurre por la antigua marisma para realizar en su último tramo un brusco giro al oeste, obligado por los cordones dunares de la trasplaya.

Dichas dunas, estabilizadas artificialmente con plantaciones de pino, constituyen un medio especialmente valioso y sensible, que alberga numerosas especies legalmente protegidas y capaces de soportar la sequedad, salinidad del aire y movilidad del medio que las sustenta. A medida que se reduce la influencia salina del mar, las márgenes del cauce se pueblan de las especies características de la ribera, alisos (Alnus glutinosa) y sauces (Salix sp.pl) que forman una frondoso bosque en galería. 

A éste ya extenso elenco de ambientes se suman los acantilados y pendientes laderas del valle, componiendo un espacio en el que concurren gran parte de los ambientes costeros del litoral asturiano.

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La vida vegetal

La rasa costera, profundamente humanizada, aparece ocupada por una sucesión de prados y tierras de labor entre las que persisten pequeñas manchas de arbolado. En las zonas de mayor pendiente, las laderas del río Barayo, se diferencian plantaciones forestales, de pino y eucalipto, matorrales de brezo y tojo y algunos bosquetes de arbolado autóctono, más abundantes a medida que se remonta el curso del río.

En el ámbito de la Reserva existen hábitats de alto interés natural, entre los que destacan las marismas, el conjunto de playa y dunas, los acantilados y el bosque de ribera. La necesidad de conservar estos medios se debe por una parte a la presencia de especies protegidas y por otra a que son hábitats poco frecuentes y en ocasiones seriamente amenazados.

Los amplios meandros que describe el río, por detrás de las barras arenosas de la duna, aparecen poblados por las comunidades propias de la marisma subhalófila, lo que es evidencia de una reducida penetración de las aguas salinas del mar.

En general, se trata de juncales de junco marítimo (Juncus maritimus), cañaverales de carrizo (Phragmites australis) y prados higrófilos en los que abunda la invasora Cotula coronopifolia, muy evidente por el color amarillo de sus flores. En ocasiones, se forman en la marisma charcas permanentes de aguas de escasa salinidad que dan sustento a poblaciones de broza fina (Ruppia maritima), especie catalogada como vulnerable y presente sólo en contadas localidades del litoral asturiano.

Las áreas de marisma subhalófila de Barayo soportan un uso ganadero extensivo por parte de caballerías, que supone paulatinamente la sustitución de las comunidades marismeñas por otras de tipo pratícola.

Por delante del área de marismas, la playa de Barayo ha desarrollado un importante sistema dunar que sufrió en tiempos repoblaciones de pino dirigidas a frenar el avance de las dunas.

Barayo conserva aún algunas de las comunidades vegetales características del límite superior de la playa, alcanzado sólo durante las pleamares vivas y que disfruta del aporte de nutrientes que supone el depósito de arribazones marinas. En dichas comunidades pervive la lechetrezna de las playas (Euphorbia peplis), catalogada como sensible a la alteración de su hábitat y presente sólo, además de en Barayo, en las playas de Frexulfe, en el concejo de Navia, y en Bayas, a caballo de Castrillón y Soto del Barco.

Tras esa primera y efímera cintura de vegetación se sitúan las dunas embrionarias colonizadas por comunidades graminoides perennes y abiertas, dominadas por la grama de mar Elymus farctus ssp. boreatlanticus, acompañada por otras plantas psammohalófilas. La tercera cintura es la formada por las dunas blancas o semifijas, ocupadas por comunidades herbáceas altas y densas en las que domina el barrón (Ammophila arenaria ssp. australis), acompañada de la lecherina de las playas (Euphorbia paralias), el cardo de mar (Eryngium maritimum) o la correhuela de las dunas (Calystegia soldanella), de grandes y llamativas flores acampanadas de color rosado. Tras éstas lo que debieron ser las dunas grises aparecen degradadas por antiguas plantaciones de pino.

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La vida animal

 

La extensión de la reserva y su localización en un entorno altamente humanizado son la causa de que la fauna no sea el principal atractivo natural del paraje.

Las aves son, sin duda, el grupo faunístico mejor representado. En el arenal son frecuentes diferentes especies de gaviota (Larus sp.pl.), mientras que la parte interna del estuario es refugio del ánade azulón (Anas platyrhynchos), la polla de agua (Gallinula chloropus) y, en ocasiones, la garza real (Ardea cinerea).

Durante el paso migratorio de otoño son comunes distintas limícolas y en los islotes cercanos no es rara la cría de cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis), catalogada como de interés especial. El ostrero (Haemetopus ostralegus), catalogado como sensible a la alteración de su hábitat, puede ser observado alimentándose en el estuario, aunque su área de cría se localiza en acantilados situados más a occidente.

Un vertebrado frecuente en Barayo y que ha prestado su silueta para la elaboración del logotipo de la misma es la nutria (Lutra lutra), que en los últimos años parece sufrir una cierta recuperación, aunque continúa protegido legalmente en la categoría de especie de interés especial.

Regulación legal

El Decreto 70/1995, de 27 de abril, declara Reserva Natural Parcial el singular mosaico paisajístico del estuario de Barayo. La Reserva cuenta con un Plan Rector de Uso y Gestión, aprobado por Decreto 57/1997, de 28 de agosto, vigente por un periodo de cuatro años. En donde se contemplan los siguientes objetivos a conseguir:

  • Garantizar la conservación de los ecosistemas de interés y restaurar de forma paulatina la vegetación natural situada en sus inmediaciones.

  • Recuperar las comunidades naturales que han sido desplazadas o están en peligro de desaparición.

  • Reglar las actividades tradicionales de manera que, sin interferir en la evolución natural de la Reserva, aumente la calidad de vida de la población asentada en su entorno.

  • Aprovechar el potencial paisajístico, didáctico y educativo del espacio, facilitando el uso público siempre que no comprometa los objetivos de declaración de la Reserva.

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